Pasar al contenido principal

Arqueología histórica: colección de cerámicas y vidrios del Museo Regional de Rancagua

Colección e investigación

Arqueología histórica: colección de cerámicas y vidrios del Museo Regional de Rancagua

Publicado el 25/07/2016
Tazas y platillos de porcelana para té o café. Colección Museo Regional de Rancagua
Tazas y platillos de porcelana para té o café. Colección Museo Regional de Rancagua
La colección del Museo Regional de Rancagua resguarda alrededor de 3050 piezas y fragmentos de alfarería de alta temperatura y cerca de 8070 piezas y fragmentos de vidrios

En nuestro país las investigaciones arqueológicas le otorgaban poco énfasis a los sitios arqueológicos de la época histórica. En los últimos años esta realidad ha ido cambiando, y hoy en día los restos culturales dejados por las personas que vivieron durante la época colonial y republicana, son estudiados por los arqueólogos de la misma manera científica y sistemática que los yacimientos indígenas del período prehispánico. Este nuevo enfoque dentro de la arqueología se denomina arqueología histórica, y se caracteriza por el estudio de las conductas sociales y culturales que la gente tuvo en el pasado utilizando para ello diferentes fuentes de información. Estas incluyen no sólo los artefactos y las estructuras (basuras, pisos, cimientos, etc.), sino también los textos escritos, las imágenes pictóricas (fotografías, pinturas, mapas y dibujos), e inclusive la tradición oral, todo lo cual permite a los arqueólogos comprender e interpretar el pasado reciente.



Entre los tipos de artefactos dejados por las personas que vivieron en el pasado, destacan los restos de las vajillas de mesa y de diversos utensilios de loza y vidrio que fueron usados para satisfacer diferentes necesidades de su vida cotidiana. Estos tipos de objetos tienen la cualidad de haber sido fabricados por quienes no pretendían usarlos directamente, ya que en general se produjeron en fábricas para ser vendidos. Esto último constituye una ventaja para su estudio e interpretación, ya que muchas veces en los mismos objetos se encuentran los datos acerca del lugar y la fecha en que fueron manufacturados.

Mediante el estudio de las piezas de loza y vidrio es posible establecer la temporalidad de un sitio arqueológico, su posible función y diversos aspectos socio-económicos y culturales ligados a quienes usaron y descartaron dichos objetos. Sin embargo, pese a la gran importancia y potencial de información que ofrece el análisis de la loza dentro de la interpretación arqueológica, su estudio aún es relativamente reciente en el medio nacional y carece muchas veces de criterios de clasificación homogéneos entre los investigadores. Esta carencia responde al hecho de que la loza no es el único tipo de cerámica que requiere ser cocida a altas temperaturas (sobre los 800-950ºC) para confeccionar vajillas, recipientes y objetos en general. Por el contrario, las vasijas fabricadas con posterioridad al siglo XVI responden a una amplia variedad de clasificación de tipos cerámicos que, además de loza, incluyen porcelana, mayólica y gres, conocidas grupalmente como alfarería de alta temperatura o AAT.



El Museo Regional de Rancagua custodia variadas piezas de estos tipos de los siglos XIX y XX, y que corresponden a objetos de función ornamental o doméstica cuyo uso tenía una distribución más bien restringida a la clase social de mayor poder adquisitivo. Otros pocos eran de más fácil acceso y en conjunto reflejan los bienes que las familias de la época utilizaban en su diario vivir. Estas piezas fueron donadas por familias de la zona o adquiridas por el propio Museo en sus inicios y buena parte de ellas sino todas, estuvieron en exhibición durante largo tiempo en las ambientaciones del Salón, Comedor, Escritorio y Sala de la Independencia en la Casa del Ochavo.